domingo, 9 de mayo de 2010

TOKIO-LONDRES-BARCELONA

Este sueño ha llegado a su fin. 8 países, 122 días de viaje, muchas memorias y momentos mágicos, gente maravillosa y plena felicidad. Tengo en mi mente imágenes de lugares y personas de este viaje que intentaré transportar a mi rutina diaria para dejar de quejarme por cosas banales del día a día e intentar así ser feliz en mis momentos difíciles: la sonrisa de la gente rural de Laos, la amabilidad de los chilenos, el respeto de los japoneses, la gratitud de los tailandeses y sobre todo la gente importante que ha hecho de MI viaje algo especial, y ha ocupado y ya ocupa parte de mi corazón. Soy muy feliz porque busqué realizar este sueño durante varios años y agradezco que la vida me haya dado la oportunidad de hacerlo realidad, y además sola (pues también ha habido partes duras del viaje). Me he prometido a mi misma que cada vez que me sienta triste y piense que la vida es injusta, vendré a leer mi blog para recordar estos momentos felices y positivos en mi vida y agradecer la suerte que tengo por al menos haber vivido y tenido la felicidad completa al alcance durante tanto tiempo de mi vida.
Pensar en llegar a Londres desde Tokio tras 4 meses fantásticos por el mundo, refleja una sonrisa en mi rostro pues a pesar de las grandes amistades que dejo en esa triste y gris ciudad (tras más de 8 años viviendo en ella), me hace darme cuenta que ahora ya estoy en esa ciudad sólamente de paso. Se acaba una etapa de mi vida, tras un viaje especial. Vuelvo a Barcelona regenerada, física y espiritualmente, y en el fondo sé que soy muy feliz por el regreso buscado y esperado durante tanto tiempo a mi ciudad natal, cerca del amor de mi familia y de la magia especial de la que Barcelona siempre me ha invadido.
Aquí dejo reflejados dos de los tantos momentos mágicos de plena felicidad durante mi viaje: mi ascenso al Volcán Villarrica, 2880 metros (jamás pensé que conseguiría alcanzar la cima) y la serenidad y la paz del Lago Pukaki con vistas al Monte Cook, en la Isla Sur de Nueva Zelanda. ¡Sìn palabras! Gracias a todos aquellos que me han seguido y nuevamente gracias a aquellos que he encontrado en mi camino y me han llenado de gloria.